dilluns, de novembre 27, 2006

Així parlà Rubem Fonseca (III)

... i em vaig despertar taral·lejant la Santa Espina, ves a saber per quin estrany fenòmen...

Fart de polèmiques (estèrils) m'aïllo del mundanal ruido llegint un llibre de relats del meu admirat Rubem Fonseca, llibre adquirit a l'interessantíssim stand de Tarahumara, que regenta un vell conegut de la Perifèria; el Corto Maltés de la literatura llatinoamericana. Vaig trobar que seria d'interés públic transcriure un diàleg del relat El bordado, de Pequeñas criaturas.

És divertit llegir a un brasileny traduit al mexicà. A mi bé m'ho sembla. Aquest cop no l'ha traduit el gran Basilio Losada. M'humitejo els dits i començo a picar el text.

-¿Es peligroso?
-¿Tatuarse el pene? Es tan peligroso como cortarse una uña. Lo hago todos los días. Hoy por la mañana tatué uno. Está de moda.
-Pero yo tengo un problema. Mi pene fláccido se encoge mucho. Pero duro se pone enorme.
-¿Se encoge, cómo?
-Carajo, no es fácil.
-Para mí, el falo es igual que un dedo. Anda, enséñamelo.
-Mara nunca me ha visto el pito flojo.
-No se debe mostrar el órgano en estado lánguido a ninguna mujer. Haces bien. Si se te baja, lo escondes. Anda, sácate el miembro.
-Puta vida. ¿Ves?
-Este miembro tiene como tres centímetros. Frugal.
Le gustaba usar palabras poco usuales, era un pedante.
-Esto me pasa cuando me pongo nervioso o tengo frío.
-¿Estás nervioso, colega? No tienes por qué.
-¿Alcanza para escribir María Auxiliadora?
-¿No se llama Mara?
-Su nombre completo es María Auxiliadora. Quiere el nombre completo.
-Va a costar más trabajo.
-¿Pero no hay peligro?
-En ninguna coyuntura. Yo soy Denílson, un erudito. Escribe tu nombre aquí en este papel.

Rubem Fonseca, Pequeñas criaturas, Ediciones cal y arena, México.