Buscava vagament un llibre del poeta des de feia un temps. Vagament i calmós; la mar és plena de peixos bells, les llibreries d'autors per descobrir, els museus de papallones dissecades, els carrers de noies guapes, i totes les metàfores que us abelleixi afegir, ja m'enteneu.
Avui l'he trobat.
Al portal d'abaix de casa una noia en xandall crida ole-que-te-ole-ole-que-te-ole.
Al cel de dalt de casa un fórmula 1 del cel incompleix les ordenances i crida ole-que-te-ole-ole-que-te-ole.
I davant dels meus ulls, Nicarror Parra censura un nen malparit que no respecta els arbres.
Una meravella.
Apago els últims llums del teatre buit i xiuxiuejo a l'orella de qui això vulgui sentir;
DEFENSA DEL ÁRBOL
Por qué te entregas a esa piedra
Niño de ojos almendrados
Con el impuro pensamiento
De derramarla contra el árbol.
Quien no hace nunca daño a nadie
No se merece tan mal trato.
Ya sea sauce pensativo
Ya melancólico naranjo
Debe ser siempre por el hombre
Bien distinguido y respetado:
Niño perverso que lo hiera
Hiere a su padre y a su hermano.
Yo no comprendo, francamente,
Cómo es posible que un muchacho
Tenga este gesto tan indigno
Siendo tan rubio y delicado.
Seguramente que tu madre
no sabe el cuervo que ha criado,
Te cree un hombre verdadero,
Yo pienso todo lo contrario:
Creo que no hay en todo Chile
Niño tan mal intencionado.
¡Por qué te entregas a esa piedra
Como a un puñal envenenado,
Tú que comprendes claramente
La gran persona que es el árbol!
Él da la fruta deleitosa
Más que la leche, más que el nardo;
Leña de oro en el invierno,
Sombra de plata en el verano
Y, lo que es más que todo junto,
Crea los vientos y los pájaros.
Piénsalo bien y reconoce
Que no hay amigo como el árbol,
Adonde quiera que te vuelvas
Siempre lo encuentras a tu lado,
Vayas pisando tierra firme
O móbil mar alborotado.
Estás meciendo en la cuna
O bien un día agonizando,
Más fiel que el vidrio del espejo
Y más sumiso que un esclavo.
Medita un poco lo que haces
Mira que Dios te está mirando,
Ruega al señor que te perdone
De tan gravísimo pecado
Y nunca más la piedra ingrata
Salga silvando de tu mano.
Nicanor Parra, Poemas y antipoemas (1954), Catedra Letras Hispánicas.
4 comentaris:
Ostres tu! Felicitats pel post.
PD: tot un encert el fotomontatge.
Salut!
gràcies! potser caldria felicitar a Nicanor Parra i a Yann Arthus-Bertrand...
Una intrusió, amb el permís de Subal i la devoció a Juan Ramón Jiménez:
Ayer tarde,
volvía yo con las nubes
que entraban bajo rosales
(grande ternura redonda)
entre los troncos constantes.
La soledad era eterna
y el silencio inacabable.
Me detuve como un árbol
y oí hablar a los árboles.
El pájaro solo huía
de tan secreto paraje,
sólo yo podía estar
entre las rosas finales.
Yo no quería volver
en mí, por miedo de darles
disgusto de árbol distinto
a los árboles iguales.
Los árboles se olvidaron
de mi forma de hombre errante,
y, con mi forma olvidada,
oí hablar a los árboles.
Me retardé hasta la estrella.
En vuelo de luz suave,
fui saliéndome a la orilla,
con la luna ya en el aire.
Cuando yo ya me salía,
vi a los árboles mirarme.
Se daban cuanta de todo
y me apenaba dejarles.
Y yo les oía hablar,
entre el nublado de nácares,
con blando rumor, de mí.
Y ¿cómo desengañarles?
¿Cómo decirles que no,
que yo era el pasante,
que no me hablaran a mí?
No quería traicionarles
Y ya muy tarde, ayer tarde,
oí hablarme a los árboles.
Salutacions
oy, qué bonito...
Los arbolitos...
snif...
qui alguna vegada ha parlat amb algun, mai no oblidarà aquesta gratitud
Gràcies!
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