Me habéis enseñado a hablar, y el provecho que me ha reportado es saber cómo maldecir! ¡Que caiga sobre vos la roja peste, por haberme inculcado vuestro lenguaje!
Shakespeare, La tempestad.
Shakespeare, La tempestad.
1.
Una de las etapas esenciales de la acumulación de recursos literarios nacionales es la edificación de un capital literario, banco central simbólico, lugar donde se concentra el crédito literario. Barcelona, que se constituyó como verdadera capital literaria y "nacional" de Cataluña, reúne, como París, como Londres, las dos características que son, sin duda, constitutivas de las capitales literarias: una reputación de liberalismo político y la concentración de un gran capital literario. [...] A principos del siglo XX, Barcelona conoció el grupo Els Quatre Gats, la arquitectura de Gaudí, el teatro de Adrià Gual, la creación de Films Barcelona, el pensamiento de Eugeni d'Ors, y se erigió de este modo en capital cultural. Desde el punto de vista político, Barcelona llegó a ser también un gran foco republicano durante la guerra civil, y centro de resistencia contra la dictadura: Cataluña sufrió especialmente la represión franquista. Y fue allí, desde los años 60, y después, los 70, donde se reconstituyó, pese a la dictadura, una vida intelectual relativamente autónoma. Numerosas editoriales se asentaron en Barcelona, y los escritores, arquitectos, pintores y poetas, catalanes o no, fueron a vivir a la capital catalana, que así logró acumular una función intelectual nacional y un papel político. [...] Barcelona se convierte en la capital literaria del mundo hispánico: los escritores latinoamericanos, a su vez, pudieron apoyarse en el polo barcelonés para afirmar sus lazos culturales e introducir sus textos en Europa sin someterse políticamente. [...] Hoy en día los escritores tratan de dar a esta ciudad un prestigio literario y una existencia artística al integrarla en la literatura misma [...]
Joyce procedió exactamente del mismo modo con Dublín, primero en Dubliners y luego, sobre todo, en el Ulisses.
Pascale Casanova, La República mundial de las Letras, Anagrama.
2.
La edición catalana es la primera indústria cultural del país y lidera, con un 60% aproximado de la facturación, la edición española, que es a su vez la primera industria cultural española. Por distintas razones la administración autonómica catalana no ha sabido muy bien qué hacer con este patrimonio duranto los años de CiU. Como en términos generales el castellano es el idioma dominante en la producción de esta industria, los sucesivos Consellers han tendido a ignorarla, mirar para otro lado y centrar sus esfuerzos en las tareas de estímulo a la producción editorial exclusivamente en catalán. [...] En palabras de un alto directivo de una multinacional del libro establecida en Barcelona, "nos animan a irnos a Madrid". [...] Tras el cambio de las últimas elecciones, en la conselleria y en el equipo que lidera actualmente el desembarco catalán en Frankfurt, hay plena conciencia de que este mundo editorial es un activo irrenunciable. [...] Sin embargo, a tenor de declaraciones y textos programáticos, desde algunos sectores nacionalistas el panorama no se ve con tanta claridad. Es significativo por ejemplo que en unos artículos recientes de Eduard Voltas en el diario 'Avui' sobre las hipotéticas perspectivas de un conseller de Cultura soberanista, se hablase de nuevo de que "la cultura catalana no tiene ningún grupo editorial comparable con Hachette o Berteslmann". ¿No? ¿Y Planeta -por ejemplo- qué es? Si la estrategia de inclusión, ya orillada en su día por CiU, tampoco es asumida desde la izquierda nacionalista (y las declaraciones de los políticos y los textos de los autores que se mueven en esta órbita así hacen sospecharlo), vuelve a surgir la hipótesis de un futuro político en el que la administración catalana pudiese estar de nuevo posicionada contra la principal industria cultural catalana.
Sergio Vila-Sanjuán, La administración contra la industria cultural, Cultura/s, La Vanguardia, 18 d'octubre de 2006.
3.
Muy groseramente, para mi gusto, la política hace un daño pavoroso a la cultura catalana que se expresa en catalán. La política y los intereses de un diminuto círculo de políticos catalanes me temo que está pisoteando, cuarteando si no destruyendo, la obra inmensa que construyeron numerosas generaciones de hombres de cultura. Culturalmente, Cataluña podía y no sé si puede aspirar a Todo. Políticamente, los políticos catalanes han convertido Cataluña en algo mucho más minúsculo.
Juan Pedro Quiñonero, Cataluña, víctima de los políticos catalanes, 3 de novembre de 2006
4.
Jo m'ho miro assegut en una voravia. Tenim trenclacosques per estona. Per cert, ja tenim noms per a la conselleria de Cultura?
Nova secció Libertad, libertad, libertad o neofalangisme is in the air:
... mentrestant, el llop es va treient el vestit de xai...
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