dissabte, de juny 10, 2006

La ignorància ens farà lliures

Visito una casa on em guarden els números de La Fiera Literaria, un pamflet literari semiclandestí que desperta passions desmesurades i contradictòries. Jo, com que sóc un ignorant, em limito a llegir-la sense emetre comentaris de cap tipus.

Us transcric un article del número de juny 2006, núm 181. La primera part de l'article, encara que sembli mentida és totalment veritat. Sant Google. Aquest article que us transcric em fa pensar de manera instantània en la gran novel·la Q, de Luther Blisset, col·lectiu d'escriptors italians coneguts ara con a Wu-Ming. Novel·la que em va agradar molt en el seu moment i que us recomano. No accepteu mai recomanacions, vale?

La segona part de l'article és una perla típica de la Feria Literaria, de la qual, un cop més, no sé què pensar; és com un que mira una foguera i fixa la mirada i no pensa més que en la bellesa del foc. Reprodueixo l'article emulant al senyor Jauss i la seva hemeroteca.

-Prou ja Subal, tira milles o jo mateix seré el pitjor dels teus trols.


PROHIBIDO LEER

Aunque lo digo en el antetítulo, lo repito: lo que voy a contar es rigurosamente histórico. Imaginen la escena: estamos en el siglo XVI. Un catedrático de zoologia de la Universidad de Wittemberg (Alemania), llamado Carlstadt, rasgó su toga doctoral y se hizo mozo de cuerdas, repudiando la cultura y la instrucción. Durante un tiempo -poco, eso sí-, Andrés Bodenstein (conocido por Carlstad ó Carlstsdt) abrazó la causa de los abecedarianos, una secta hija de la Reforma, que proclamaba que la ignorancia más supina era necesaria para alcanzar la salvación. El no saber escribir ni leer era el estado perfecto, según sus miembros, para alcanzar el éxtasis y la iluminación divina.

Cuando Lutero enseñaba que cada uno era dueño de interpretar a su modo las Sagradas Escrituras, su discípulo Nicolás Storch (Perlagus) fundó esta secta, y sostenía que cualquier creyente podía conocer el espíritu de los Libros Sagrados como el mejor estudioso. Para él, no se necesitaba la ayuda de ninguna ciencia, incluso decía que ésta podía distraer del objetivo final, que era estar atentos a la llamada interna de Dios. De ese rechazo a toda instrucción, incluso de las primeras letras del abecedario -A-B-C...- derivó el nombre de abecedarianos.

Como se puede suponer, no fueron numerosos los miembros de esta secta, que más tarde fue confundida con la de los anabaptistas. podríamos decir que nació como protesta contra los intelectuales que interpretaban las escrituras bajo su personal criterio y contra los teólogos, a los que veían como espécies de idólatras.

El tal Carlstad volvió con Lutero quien lo escondió cuando se vio envuelto en la Guerra de los Campesinos. Fue el primer sacerdote que se casó públicamente. Más tarde se exilió en Suiza. Por cierto, su hijo, que fue médico y alquimista, llegó a afirmar que había descubierto la Piedra Filosofal.

** ** **

Me pregunto: ¿Serán los grandes magnates de la industria editorial miembros de esta secta? Así explicarían los bodrios que ellos llaman novelas y con los que nos bombardean continuamente, quizá con el fin siniestro de que odiemos los libros y dejemos de leer. ¿Estaremos ante el "Código Abecedariano" y los Polancos, los Laras, los De la Concha, los Rico, etc. son sus grandes Maestres?

Javier Coria, La Feria Literaria, núm 181, Junio 2006



Això és ser políticament incorrecte.

6 comentaris:

Portnoy ha dit...

Toda esta gente de La Fiera (Coria, García Viñó... ) no dejan de llevar algo de razón cuando critican el conformismo editorial de los grandes grupos mediáticos. Su grosería (incorección política) y la falta de alternativas literariamente destacables que nos muestran hacen de toda su crítica algo insustancial.
Puede que ahora vengan los Trolls a por Subal.
:-)
Un saludo

subal ha dit...

estoy de acuerdo con usted, señor Portnoy, en cuanto a la falta de sustancia de sus críticas en materia literaria. Pero lo que encuentro más interesante y digno de atención de las opinones de la Fiera es cuando hablan de la industria editorial y cultural española. Y si lo que cuentan es cierto, no deja de ser preocupante...

empiezo a estar curtido en mil batallas en lo que a trols se refiere, y veo claras conexiones entre mis trols y la secta de los abecedarianos; pues tampoco gustan de leer y escribir y adoran al falso dios del copy-paste. :-)

Anònim ha dit...

Vivimos en una época media (de medianía e intermedia a la vez y de Trols, claro) seguramente un primer paso necesario para que esos mismos Trols acaben frunciendo el ceño y pidiendo más a sus cerebros. No desconfíen de la codición humana. En realidad, que el rojo sol de Manet, que en su día causó estupor y repulsa, sea hoy algo más que asumido, es un paso de progreso cerebral. No sé si me explico. Todo llegará, y algún día sólo habrá libros buenos en las librerías, aunque nosotros no lo veamos y me llamen optimista en plan insulto.

Buk ha dit...

Estic d'acord amb la fiera literaria. Tot i el risc a sonar a autor frustrat, diré que per a mi, el 90% del que és publica és pura merda (ups, la ràbia s'encomana amic Subal jajaja ;-)

una abraçada (i que no malpensi el senyor alcoberro, que aquí només hi ha sentiment fraternal)
Buk

subal ha dit...

Feia temps que no somreia amb un comentari, senyor Buk. mercés infinites i veritats com temples.

Anònim ha dit...

Ojalá la Fiera Literaria no llevara razón; pero la llevan, y no me indignan tanto los editores como los lectores, que se tragan los libros con tal de que estén bien publicitados.
La Fiera Literaria, es mi debilidad manifiesta.