Quatre consideracions

Primera consideració.

Baghdad, October 25, 2002

At the Al-Saray open air book market in central Baghdad, Iraqi children pick through piles of comics and educational books. Their father paid nearly two dollars -- or roughly one third of the average Iraqi monthly income -- for the books they chose.

Credit: Thorne Anderson/Corbis Sygma
© Thorne Anderson

Segona consideració

Sé pot semblar moralment reprovable que usi la Perifèria per parlar de la feina, per promocionar un llibre que a final de mes em donarà de menjar a mi i no pas a tu, però quan la feina esdevé passió (obsessió), i la passió (obsessió) implica que et passis molt de temps pensant en una cosa en concret, i que ens va atènyer a tots fa no-res, i, per déu, ens ateny a tots ara, aleshores potser deixa de ser reprovable i fins i tot faig un servei a la comunitat, i en aquestes coses penso jo quan penjo aquesta foto dels noiets comprant llibres que he tret d'ací i penjo el text que conformarà la tercera consideració d'avui, dia onze d'abril de 2006, el qual hem escollit per ser el text de la contracoberta d'un llibre que recull un any desastrós a la vida d'aquesta noia, a la qual respecto profundament, a la qual admiro i per la qual jo em salto les normes que m'havia autoimposat al obrir aquest blog; res de feina, sagal. I un be negre. Aquí baix us penjo, en exclusiva per a vosaltres, que us moveu en la foscor del teatre buit de la Perifèria, el text que Iñigo Sáez de Ugarte, bon periodista, corresponsal de guerra i blogger combatiu ens ha cedit a l'editorial. Digues gràcies Subal.

-Gràcies Subal.
-plaf!
-Gràcies Iñigo...

Tercera consideració

Riverbend está furiosa. Y, desgraciadamente para ella, pasará tiempo hasta que tenga motivos de alegrarse. En los dos años y medio que lleva escribiendo su blog, esta joven iraquí de 26 años no ha encontrado muchas razones para sentir esperanza. Perdió su trabajo y ya no cree que pueda recuperarlo (no ese empleo, sino cualquier otro). Salvo en contadas y peligrosas ocasiones, no puede salir de casa. Teme a los integristas que son cada día más poderosos. Sabe de gente que ha muerto, demasiada gente. Su hermano pequeño, que debería estar trabajando y quizá pensando pronto en formar su propia familia, pasea por la casa con una pistola al cinto por el miedo a los robos y los secuestros. Su casa ha sido asaltada por soldados norteamericanos en redadas en las que, si tienes suerte, sólo eres humillado. Y su país está ocupado por tropas extranjeras, gobernado por políticos corruptos e incompetentes y hundido en un ciclo infinito de violencia.

"He asistido a más velatorios y funerales este último año que en toda mi vida", nos cuenta.

Y sin embargo, Riverbend no parece que vaya a rendirse, al menos mientras tenga fuerzas y electricidad suficientes como para seguir alimentando su blog. Desde el primer día, hemos sabido gracias a ella qué significa vivir bajo la ocupación en un país que está destruyéndose ante nuestros ojos. En otro tiempo, la única información oficial que hubiéramos recibido de un lugar como Irak habría consistido en comunicados oficiales y algunas crónicas periodísticas. Los blogs han cambiado las reglas del juego. Ahora hay gente que no se resigna a llorar o callarse y que quiere contarnos su historia.

Los textos de este blog son una denuncia, contrastada con hechos, de lo que de verdad ha significado la liberación de Irak. La mayoría de los héroes de Riverbend no son los políticos o los militares, sino la gente sencilla que lucha por sobrevivir. Los que entierran a sus familiares muertos. Los que se esconden en una habitación interior para resguardarse de las explosiones. Los que consuelan a los que han perdido a alguien. Los que sufren porque es de noche y un hermano o primo no ha vuelto a casa.

Cada día es más habitual ver cómo los políticos intentan saltarse ese filtro molesto que son los periodistas. Dicen que quieren llegar directamente a la gente. Menudo descaro. Quizás algún día tengan éxito, pero quiero creer que, gracias a blogs como Baghdad Burning (Bagdad en llamas), siempre habrá alguien a quien no conozcamos que podrá desmentir esas mentiras y contarnos lo que verdad ocurre en la calle. Eso que llaman la realidad.

Iñigo Sáenz de Ugarte. Periodista y autor del blog Guerra eterna


Quarta consideració

-No puc deixar d'escoltar aquesta cançó.
-Ja l'havies posat, doctor Alzeimer.
-Plaf!
-Ja l'havies posat, oh Autor!
-Tira, Bob.

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